Aunque el trato ha sido correcto y el hotelito es agradable, a partir de las 16 h no había nadie en recepción. Por la mañana, a partir de las 8,30 había bastante ruido, a pesar de que son sólo siete habitaciones. La zona es residencial y muy tranquila, se encuentra próxima a la playa, pero lejos del centro. Solicité que me pidieran un taxi al aeropuerto y así lo han hecho y me lo confirmaron después por whathsapp, pero el taxista me ha cobrado 38 euros, aunque me dijeron que iba a ser sobre 20-25. Se me comunicó que tenía botella de vino incluida en la habitación y no había, aunque tampoco la he reclamado.