Bueno, había un trozo de Dorito debajo de la cama, un cilindro negro inclasificable en el suelo que no se si era un trozo de puro, una cucaracha enorme muerta o qué, no lo miré mucho, lo envolví corriendo en papel y lo tiré para que no lo vieran las niñas y rechazaran dormir ahí... y al abrir la cama salió una polilla de debajo de la almohada. El jaboncillo había sido usado por otro huésped... dejé un trocito de jabón que llevo siempre encima en su lugar un poco a modo de protesta. Llegamos a medianoche y nos recibieron con corrección. Los colchones cómodos, la habitación por lo demás bien. Una ciudad preciosa, una buena localización. No está aislada acústicamente pero la gente no monta jaleo hasta tarde. Espero que el señor de recepción no esté pasando por un mal momento... me dio esa impresión.