Nos pareció caro para lo que realmente ofrece. Está bastante aislado, junto a la frontera, a 15 minutos de San Sebastián. Limpio, tranquilo pero con mantenimiento algo deficiente: dos ventanas no tenían manilla, varias luces no funcionaban. No tiene ascensor. El desayuno muy bueno pero en general caro, es una cafetería y vas pidiendo. El personal muy atento. El aparcamiento en la calle no es un problema pero es regulado, lo que te obliga a estar pendiente de poner el ticket. Una opción de hotel de paso, para una noche.